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El Consejo

Tengo que hacer enmiendas por mi desaparición, algunos me lo piden en broma, otros sólo me observan en silencio. Los he visto a todos en mis sueños. Cierro los ojos y están ahí, esperándome en una sala enorme, platicando entre sí. Me ven abrir las pesadas puertas, se callan, voltean, se yerguen sobre sí mismos, me observan. Entro con paso solemne, moviéndome entre ellos y saludando con la cabeza, sonriente. Los extrañaba. Ellos advierten en mí el gusto de volver.  En el centro, sobre un escalón, hay una silla. Alguien me lleva hasta ahí y me extiende papel y pluma. Se acerca una sombra por detrás, me susurra palabras al oído. Los observo, han vuelto a su tertulia. Distingo la mano que se apoya en el respaldo, sonrío. Escucho, proceso sus palabras. Escribo...

La Voz me ha dicho que no sabe cómo continuar con su batalla, tiene problemas para hablar en público, me toca convencerlo. No sabe dónde está Revolución y le preocupa. Le he dicho que no se estrese, es lo mío ayudarle a hacer lo que le toca. Se ha sentado junto a mí mientras platicamos. Ahora te toca continuar la historia, amigo, sal por esa puerta y a darle que es mole de olla.

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A Gala

Te estás volviendo recurrente, cada vez que cierro los ojos veo los tuyos en vez de los míos. El bosque detrás de tus pupilas se hace real y yo me interno en tu búsqueda. Haz hablado conmigo de mil cosas que conoces y todas ellas han sido reales al despertar. Me pregunto si estarás ahí cuando me hagas falta... me has dicho que sí. Te he soñado como nunca, una vez tras otra en instantes inconexos que se vuelven obsesivos cuando abro los ojos y entiendo que no fueron en verdad. ¿Lo fueron? Ayer me dijiste que volverías, lo hiciste con tus labios contra mi oreja, mi subconsciente te creyó. Hoy desperté con el pecho vacío, como si algo me hubiese robado el aliento mientras dormía, recordé que estuviste en mis sueños... Todo lo que queda son preguntas con respuestas perdidas en el tiempo. Lo sé, está cerca...

The head of the war

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La muerte de K

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