Ir al contenido principal

De catarsis y cataclismos

Como Morfeo ha decidido privarme de la tranquilidad de un sueño pacífico, he decido deshechar todo eso que me ha venido cazando por un rato ya y que por fin ha dado con mi paradero. Maldita fuera mi suerte que no me dejó correr tanto como yo quería hasta dejar muy muy atrás esas cosas que no me hacen falta en absoluto. No es que sea hoy el día específicamente necesario para hacer las paces con la sombra que me acecha, es que algún día tendría que haberlo hecho de todas formas, así que al mal paso, darle prisa.

Lo que quiero decir es muy sencillo, nada de metáforas ni tropos, no me interesa esconderlo en eufemismos ni sarcasmos - y mira que eso es mucho decir -, tampoco quisiera quedarme con las palabras en la boca porque de nada sirve. Dicen que después de la tormenta viene la calma y yo digo: antes de la catarsis, el cataclismo. Pero ese ya fue, hace mucho, pareciera años atrás...

Aún recuerdo cuando Carla me pidió que la matara, dijo que debía hacerlo por amor y de una forma rápida, casi indolora. Hace unos días, mientras navegaba de nuevo entre mis historias, me di cuenta de lo difícil que resultaba matar a un personaje al que te has apegado tanto, la decisión final de sólo ponerla en coma por unas páginas me fue suficiente. Esa fue su cataclismo, la forma de mi Carla de despojarse del peso de su pasado tormentoso, dormirse por un momento sin saber que estaba dormida y despertar a un mundo que ya no reconocía porque había cambiado mientras ella danzaba en su inconsciente. La catarsis viene después, aún no escrita, en el momento en que la hermana desaparecida por tanto tiempo se ve en la necesidad de volver a casa, enfrentar la realidad y salir airosa.

Luego tengo a mi Lia, la que aún no comprende hacia dónde va su propia historia, sabe que debe escribir cartas cartáticas a menudo, siempre a la misma persona, nunca con la misma voz. Así como cambia el mundo, ha cambiado mi pequeña Lia que crece entre las páginas, que habla cada vez más certera de lo que quiere. Su destino es incierto, como el de aquella que la escribe. Sé que cambia de rostro y muchas veces también lo hace de persona. Ella no es única y sus catarsis constantes vienen del cambio. Mi querida Lia, yo quería hacerte una sola, pero resulta que es imposible verte en lugares inesperados, algún día quedarás completa entre mis frases y habré terminado de crearte.

Sara... El sueño de Sara, la imagen de una mujer que no existe pero ha estado, como Lia, en tantos lugares distintos que no se sabe quién es ni cómo. Sara es el cataclismo de Lia, Lia lo es de Sara. Ambas se mueven en direcciones opuestas que se complementan de alguna forma extraña, ambas conviven sin saberlo en los labios de tantas otras personas que de pronto toman actitudes suyas. El cataclismo último es terminar de escribirlas y despojarme por completo de sus imágenes, de sus vidas y de sus historias.

Comentarios

Entradas más populares de este blog

A Gala

Te estás volviendo recurrente, cada vez que cierro los ojos veo los tuyos en vez de los míos. El bosque detrás de tus pupilas se hace real y yo me interno en tu búsqueda. Haz hablado conmigo de mil cosas que conoces y todas ellas han sido reales al despertar. Me pregunto si estarás ahí cuando me hagas falta... me has dicho que sí. Te he soñado como nunca, una vez tras otra en instantes inconexos que se vuelven obsesivos cuando abro los ojos y entiendo que no fueron en verdad. ¿Lo fueron? Ayer me dijiste que volverías, lo hiciste con tus labios contra mi oreja, mi subconsciente te creyó. Hoy desperté con el pecho vacío, como si algo me hubiese robado el aliento mientras dormía, recordé que estuviste en mis sueños... Todo lo que queda son preguntas con respuestas perdidas en el tiempo. Lo sé, está cerca...

The head of the war

Rampage, fury, a day goes nearby me and I feel nothing, sweet heat of rage running towards the brain inside the head of the war... does it hurt? Is it burning? Is it me or the clouds of greish green are rising above? The sound of steps into the fog, into the sea, between the sand, the sound a deep breath willing to lose a life in order to win a mile, the sound of a thousand thunders going through the sky, falling in the rupture of men shreding eachother apart. This is hell... the deepest bottom of an ocean of missunderstanding. Is the will of the brain bigger than the life of so many others? Is it bigger than all of us? How do you messure the size of you among us? Red and purple days, red and purple nights, red and purple thoughts, this little puppets follow the colors of a fabric that has lost it's meaning... they follow no reason, just a brain with an unclear purpouse and a greed bigger than all of us.

La muerte de K

Hay algo que necesito entender: ¿qué pasó? Por más que miro hacia atrás y busco una explicación tras otra, todo parece tan absurdo que no consigo dar paz a mi mente. Te he buscado como loco, por debajo de las piedras y entre las letras de las miles de cartas que he escrito para ti en mi cabeza. He intentado llamarte por las madrugadas frente a las olas del mar y no he conseguido respuesta. No lo sé, dónde te perdí, por qué no apareces... Mis pensamientos inconclusos navegan entre los recuerdos de una persona que parece desvanecerse cada vez más frente al espejo. Ayer no tenías frente, hoy ya no te veo los ojos, mañana quién sabe. Cuando desaparezca tu cuello empezaré a pensar que no hay remedio. ¿Sufriré? ¿Sabré que te has ido por completo cuando lo hagas? Vaya cosa curiosa. El hombre azul ponía en carpetas separadas las cartas escritas a diferentes amigos, organizaba con perfección su vida plasmada en memorias aparentemente inconexas, la ponía en los cajones de su escritorio y se pre...