Ir al contenido principal

Querida Sara:


EL tiempo me transcurre frente a los ojos mientras las hojas de los árboles navegan por el viento, las veo tocas el suelo y romperse bajo los pies de aquellos transeúntes infantiles que juegan con sus crujidos. Estoy en el parque, ya te habrás dado cuenta, en la misma banca de siempre. El sol apenas ha tocado lo más alto del cielo, hace un calor endemoniado y quisiera que estuvieramos de nuevo como aquél día en la playa, tumbadas sobre la arena, con una cerveza fría en la mano. Tu piel tostada me recuerda aún a esas tardes de lancha en las que buceámos al pie del acantalido.

Sara... tengo tu nombre entre los labios queriendo tenerte frente a mis ojos, deseando hablarte en señas que sólo tú comprendas. Otra vez te escribo una carta que no sé si leerás en algún momento, si sabrás que la escribí para ti. Algún día tendrás entre tus manos mi libro de bosquejos y podrás por ti misma reconstruir nuestra historia desde tu fragmento favorito.

Una a una voy llenando las páginas de nuestro relato, voy armando un algo que no tiene cara de ser ficción porque sucede en realidad entre nosotras... ¿Me recoradarás? ¿Sara? Si llegas a perderte en este mundo, o en el otro, o en el que sea, ¿te acordarás de mí? Estaré esperando que lo hagas, soñaré que existes en algún lado, con algún nombre y un rostro que no podré definir hasta que vea, soñaré que te conosco un día y que sé quien eres de pronto, soñaré que me reconoces.

¿Hasta cuando durará nuestra historia? ¿La repetiremos? Dime que sí, espero que sí. Encontrarte de nuevo entre el mar de rostros sería... sería fantástico, increíble, sería perfecto.

Te escribo esta carta ahora para que la leas cuando la recuerde y la deje entre tus manos para que vuelva a ser tuya, como yo.

Lia

Comentarios

  1. Desde mis fragmentos favoritos decidí bucear en el mar que había reconocido frente a mis ojos....estando en lo profundo vi todo con claridad, eras tu, rodeada de ese azul acoralado y de peces de colores, ¿eras tu? el agua estaba turbia, pero mis ojos supiero reconocer tu paisaje, ¿te reconoceré si me sumerjo en ti?¿me reconocerás?... Ya no puedo distinguir entre sueño y realidad.

    ResponderBorrar
  2. Anónimo3:26 p.m.

    Me gusta lo que leí. Nunca dejes de soñar, si es para tí pasarán días, semanas, meses, tal vez años (sí, llega a desesperar), pero va a volver. Exitos Lía.
    BG

    ResponderBorrar

Publicar un comentario

Entradas más populares de este blog

A Gala

Te estás volviendo recurrente, cada vez que cierro los ojos veo los tuyos en vez de los míos. El bosque detrás de tus pupilas se hace real y yo me interno en tu búsqueda. Haz hablado conmigo de mil cosas que conoces y todas ellas han sido reales al despertar. Me pregunto si estarás ahí cuando me hagas falta... me has dicho que sí. Te he soñado como nunca, una vez tras otra en instantes inconexos que se vuelven obsesivos cuando abro los ojos y entiendo que no fueron en verdad. ¿Lo fueron? Ayer me dijiste que volverías, lo hiciste con tus labios contra mi oreja, mi subconsciente te creyó. Hoy desperté con el pecho vacío, como si algo me hubiese robado el aliento mientras dormía, recordé que estuviste en mis sueños... Todo lo que queda son preguntas con respuestas perdidas en el tiempo. Lo sé, está cerca...

Io y Mor (alguna parte de la misma historia)

- ¿Crees que podamos regresar ahora? - No, aún no... espera un poco más. - Pero ya deben estar lejos... - No importa, espera mejor... espera... - Si tú lo dices... - Mor, despierta, ya es hora de volver. - ¿Eh?, ah, sí, ya que es de noche quieres regresar... pues vamos... - Oye, no te pongas de malas ahora, no es momento para estarse peleando. - Llevamos todo el día esperando a que se vayan, Io, se fueron desde hace horas y nosotras seguimos aquí escondidas... - La espera no es en balde, te lo puedo asegurar, quizá dejaron algún vigilante y ahora debe estar dormido, es el momento perfecto para acercarse a ver qué hicieron... - Bueno, vamos... Sus ojos incrédulos hacen juego con su boca abierta en los rostros desencajados. Un establo reducido a cenizas está frente a ellas, no hay una sola persona más a la redonda, los caballos se han ido asustados por el fuego y sólo el aire húmedo del océano acompaña la repentina desolación de Ioanna y Morwen. Ambas caminan abrazadas hacia la casa que ...

La vaca en el tejado

Una vez conocí a una vaca voladora, pastaba sobre los tejados porque decía que allí nadie le quitaba la comida, se comía las hojas de los árboles altos y los musgos que crecían en los techos de las casas. La vaca decía que el mundo desde arriba se mira diferente, si te subes a un edificio muy alto todos parecen hormiguitas y si te quedas en el techo de una casa pequeña simplemente ves todo desde afuera. La gente se le quedaba mirando, a veces la señalaban diciendo: "wow, miren, hay una vaca en ese techo", cuando ella los veía mirándola mejor emprendía el vuelo y comenzaba a pastar en otro tejado. Un día yo contemplaba las nubes cuando vi a una vaca venir volando, me hice a un lado y ella aterrizó en mi techo, metió su hocico en una maceta y se comió los tréboles que yo estaba guardando para hacer ensalada. Fue entonces cuando me contó su historia, de cómo descubrió que volaba un día cuando un ganadero quería alejarla de su madre, y de cómo escapó de la granja en la que vivía ...