No sé cuándo leerás esta carta, escribo desde la ventana del cuarto, con la libreta de pasta dura que forraste para mí hace unas semanas como apoyo. Acabas de irte, saliste como bólido porque la clase de Jiménez está por comenzar y me dejaste sola bajo las sábanas. Espero que todo vaya bien...
No sé para qué te estaba escribiendo, por un instante pensé en salir corriendo tras de ti y decirte cuánto te amo antes que pudieras cruzar la puerta. Te fuiste... Estoy sentada en el suelo, sé que no te gusta pero así escribo mejor, con una taza de café junto a mí. Yinx está acostado sobre la cama.
Dios... son tantas las cosas que se me ocurren pensando en ti que no puedo ponerles orden, las tengo revueltas detrás de los ojos, muero por verte y que las mires por mis pupilas. Quiero entenderlas, quiero escribirlas, quiero decírtelas todas pero no puedo, pretender resumir tanto en tan poco es inútil.
Quizá algún día termine de escribirte...
Lia
No sé para qué te estaba escribiendo, por un instante pensé en salir corriendo tras de ti y decirte cuánto te amo antes que pudieras cruzar la puerta. Te fuiste... Estoy sentada en el suelo, sé que no te gusta pero así escribo mejor, con una taza de café junto a mí. Yinx está acostado sobre la cama.
Dios... son tantas las cosas que se me ocurren pensando en ti que no puedo ponerles orden, las tengo revueltas detrás de los ojos, muero por verte y que las mires por mis pupilas. Quiero entenderlas, quiero escribirlas, quiero decírtelas todas pero no puedo, pretender resumir tanto en tan poco es inútil.
Quizá algún día termine de escribirte...
Lia
hola ...pues navegando haye tu blog, buen espacio.saludos
ResponderBorrar