Ir al contenido principal

El fin del hombre azul


La última vez que lo vi me habló de nosotros, como si existiera algo aún. Me dijo lo mucho que me extrañaba y me contó cosas del pasado que hasta ahora yo desconocía. Debo admitir que tuve miedo al mirarlo a los ojos, creí que no reconocería al hombre detrás de las pupilas azules, peor lo hice. Era el mismo de siempre, el de aquella librería al final del callejón donde Rojo se detuviera años atrás. El hombre azul había vuelto de su locura, de su viaje por esos lugares inhóspitos que llaman inconsciente. Me hablaba con una dulzura que yo creía perdida y me miraba a los ojos como si todo hubiera sido una pesadilla. Yo lo veía con asombro y no rehuía de su contacto, la respondía en monosílabos, impactada.

- Soy el mismo de siempre, ¿me has olvidado?
- No...
- Pero me observas como si lo hubieras hecho, como si no me reconocieras.
- Sí... sí.
- Sí, ¿qué? ¿No me reconoces?
- No... 
- Es natural, el doctor dijo que pasaría un tiempo antes de que pudiera ser yo totalmente... pero aquí estoy, mírame. Por favor, mi vida, mírame.
- Te veo...
- No a los ojos... - Empezaba a desesperarse, lo vi perder la cordura por unos segundos y ganarla de nuevo en un santiamén. Tomé la mano que me extendía y le sonreí.
- Es que... me cuesta trabajo creerlo, eso es todo. Pero me da gusto que hayas vuelto.
- ¿Me extrañaste?
- Mucho. - Me dolió en el alma decirlo, mi corazón palpitó desesperado y mi respiración se atoró en la garganta. La hora de visita había terminado, bendito dios.

Me levanté para irme. 

- Espera... ¿No me das un beso de despedida? - Sonreí de nuevo y me acerqué a su mejilla, él me tomó por sorpresa y me abrazó, intenté despegarme pero era inútil. - Te voy a extrañar, ¿vendrás la próxima semana?
- Claro... vendré. Sigue mejorando.

Al salir del edificio sentí un mar de cosas venírseme encima, recordé los rostros de todos, la mujer verde, el niño de oro, Rojo, K... Recordé las platicas, los viajes, las fiestas, las comidas, las largas horas sentados alrededor de la mesa jugando como niños. Los extrañaba a todos, pero también lo extrañaba a él. A mi hombre azul, el único que me había mirado como yo quería ser vista. Caminé un par de cuadras hasta el Corvette rojo que había heredado de mi amigo, arranqué el motor y me fui dispuesta a nunca regresar.

Comentarios

Entradas más populares de este blog

A Gala

Te estás volviendo recurrente, cada vez que cierro los ojos veo los tuyos en vez de los míos. El bosque detrás de tus pupilas se hace real y yo me interno en tu búsqueda. Haz hablado conmigo de mil cosas que conoces y todas ellas han sido reales al despertar. Me pregunto si estarás ahí cuando me hagas falta... me has dicho que sí. Te he soñado como nunca, una vez tras otra en instantes inconexos que se vuelven obsesivos cuando abro los ojos y entiendo que no fueron en verdad. ¿Lo fueron? Ayer me dijiste que volverías, lo hiciste con tus labios contra mi oreja, mi subconsciente te creyó. Hoy desperté con el pecho vacío, como si algo me hubiese robado el aliento mientras dormía, recordé que estuviste en mis sueños... Todo lo que queda son preguntas con respuestas perdidas en el tiempo. Lo sé, está cerca...

The head of the war

Rampage, fury, a day goes nearby me and I feel nothing, sweet heat of rage running towards the brain inside the head of the war... does it hurt? Is it burning? Is it me or the clouds of greish green are rising above? The sound of steps into the fog, into the sea, between the sand, the sound a deep breath willing to lose a life in order to win a mile, the sound of a thousand thunders going through the sky, falling in the rupture of men shreding eachother apart. This is hell... the deepest bottom of an ocean of missunderstanding. Is the will of the brain bigger than the life of so many others? Is it bigger than all of us? How do you messure the size of you among us? Red and purple days, red and purple nights, red and purple thoughts, this little puppets follow the colors of a fabric that has lost it's meaning... they follow no reason, just a brain with an unclear purpouse and a greed bigger than all of us.

La muerte de K

Hay algo que necesito entender: ¿qué pasó? Por más que miro hacia atrás y busco una explicación tras otra, todo parece tan absurdo que no consigo dar paz a mi mente. Te he buscado como loco, por debajo de las piedras y entre las letras de las miles de cartas que he escrito para ti en mi cabeza. He intentado llamarte por las madrugadas frente a las olas del mar y no he conseguido respuesta. No lo sé, dónde te perdí, por qué no apareces... Mis pensamientos inconclusos navegan entre los recuerdos de una persona que parece desvanecerse cada vez más frente al espejo. Ayer no tenías frente, hoy ya no te veo los ojos, mañana quién sabe. Cuando desaparezca tu cuello empezaré a pensar que no hay remedio. ¿Sufriré? ¿Sabré que te has ido por completo cuando lo hagas? Vaya cosa curiosa. El hombre azul ponía en carpetas separadas las cartas escritas a diferentes amigos, organizaba con perfección su vida plasmada en memorias aparentemente inconexas, la ponía en los cajones de su escritorio y se pre...