Ir al contenido principal

Tiempo estático

Hoy hago de cuenta que el tiempo no pasa, el sol cubre el cielo, momento raro en la Xalapa de estos días siempre gris, y el calor es agotador. Tengo la mente abotargada de letras, de caras, de noticias, el mundo me aturde las neuronas y quiero huir... Vaya desgracia.

Hace ya un tiempo que la huída pasa por mi cabeza, pienso en irme irremediablemente y convertirme en nómada, pienso en danzar por allí sin ton ni son y vivir al día si es necesario, pienso en romper ataduras. Creo que me ha pegado el tedio... otra vez.

Empiezo a escribir sobre monotonía como suelo hacerlo cuando algo deja de parecerme entretenido. Estoy frente a la computadora del trabajo, veo la pantalla, espero la hora de salida como un niño en espera del timbre del recreo. Quiero huir, salir corriendo de aquí con un rumbo indefinido, sentarme en un parque cualquiera y abrir un libro, comer en el primer lugar que encuentre, dormir en alguna banca, un suelo, un pedazo de pasto... quiero salir de aquí, de allá.

Alguna adrenalina le hace falta a mis venas, alguna que no encuentro, alguna que desconosco, alguna que quizá esté del otro lado del mar o del río, o detrás de las montañas... yo qué sé.

Hace días me vengo topando con algunos fantasmas, viejas amistades que regresan a mi mundo cibernético y yo me pregunto porqué... así soy yo, siempre preguntando por qué...

Alguien, en algún momento, me dijo que la vida era sencilla siempre que quisieras verla así, estoy por tomarlo literal, dejar las poseciones mundanas y moverme con el viento a donde me lleven las aguas, qué más da, al fin y al cabo: el mundo se va a acabar, jejejejeje.

Comentarios

Publicar un comentario

Entradas más populares de este blog

A Gala

Te estás volviendo recurrente, cada vez que cierro los ojos veo los tuyos en vez de los míos. El bosque detrás de tus pupilas se hace real y yo me interno en tu búsqueda. Haz hablado conmigo de mil cosas que conoces y todas ellas han sido reales al despertar. Me pregunto si estarás ahí cuando me hagas falta... me has dicho que sí. Te he soñado como nunca, una vez tras otra en instantes inconexos que se vuelven obsesivos cuando abro los ojos y entiendo que no fueron en verdad. ¿Lo fueron? Ayer me dijiste que volverías, lo hiciste con tus labios contra mi oreja, mi subconsciente te creyó. Hoy desperté con el pecho vacío, como si algo me hubiese robado el aliento mientras dormía, recordé que estuviste en mis sueños... Todo lo que queda son preguntas con respuestas perdidas en el tiempo. Lo sé, está cerca...

The head of the war

Rampage, fury, a day goes nearby me and I feel nothing, sweet heat of rage running towards the brain inside the head of the war... does it hurt? Is it burning? Is it me or the clouds of greish green are rising above? The sound of steps into the fog, into the sea, between the sand, the sound a deep breath willing to lose a life in order to win a mile, the sound of a thousand thunders going through the sky, falling in the rupture of men shreding eachother apart. This is hell... the deepest bottom of an ocean of missunderstanding. Is the will of the brain bigger than the life of so many others? Is it bigger than all of us? How do you messure the size of you among us? Red and purple days, red and purple nights, red and purple thoughts, this little puppets follow the colors of a fabric that has lost it's meaning... they follow no reason, just a brain with an unclear purpouse and a greed bigger than all of us.

La muerte de K

Hay algo que necesito entender: ¿qué pasó? Por más que miro hacia atrás y busco una explicación tras otra, todo parece tan absurdo que no consigo dar paz a mi mente. Te he buscado como loco, por debajo de las piedras y entre las letras de las miles de cartas que he escrito para ti en mi cabeza. He intentado llamarte por las madrugadas frente a las olas del mar y no he conseguido respuesta. No lo sé, dónde te perdí, por qué no apareces... Mis pensamientos inconclusos navegan entre los recuerdos de una persona que parece desvanecerse cada vez más frente al espejo. Ayer no tenías frente, hoy ya no te veo los ojos, mañana quién sabe. Cuando desaparezca tu cuello empezaré a pensar que no hay remedio. ¿Sufriré? ¿Sabré que te has ido por completo cuando lo hagas? Vaya cosa curiosa. El hombre azul ponía en carpetas separadas las cartas escritas a diferentes amigos, organizaba con perfección su vida plasmada en memorias aparentemente inconexas, la ponía en los cajones de su escritorio y se pre...