Ir al contenido principal

Nostalgia

Ayer soñé contigo, estábamos en tu viejo cuarto, yo recargada en el marco de la puerta, tú al fondo observándome parado con los brazos cruzados sobre el pecho. Hablamos por horas. Me hablaste de mi madre como sueles hacerlo con tus ojos de viejo, con tus palabras de conocedor me indicaste los caminos a seguir de ser inútiles algunas palabras, me hablaste de mi abuela, volteaste la mirada como siempre lo haces cuando hablas de ella para que no se note la nostalgia de tus ojos, me hablaste pausado de lo que sucederá pronto y me pediste, como siempre lo haces, que la cuide de cerca. Así eres tú... así siempre fuiste, cauteloso y callado. Ahora me hablas, te veo entre sueños y conversamos largo y tendido, me hablas de ayer, de hoy y de mañana con la sabiduría que tus canas te han dejado.
Permaneces en el cuarto, vigilante, atento a los movimientos de todos los que pasamos por ahí, sonríes al ver a los más pequeños correr y brincar como chapulines, ya no gritas, sabes que nada perturba tu sueño lejano y que habitas aún esas paredes mohosas sólo porque el amor es más grande que la vida y no puedes desaparecer hasta que ella lo haga contigo. Sigues ahí y sabes que te siente, que te huele, que te mira desde su rincón favorito y te reconoce cuando pasas a su lado aunque a veces ya no lo recuerde.
Anoche soñé contigo. No hubo abrazos, ni besos, ni dulces, sólo una larga plática sobre la vida que me corre por encima y que tú has olvidado en algún cajón. Hablamos por horas que parecieron minutos y abotargaste mi mente de tu sonrisa inmortal en mi memoria.
Aún sueño contigo y no creo, ni espero, ni quiero, dejar de hacerlo...

Comentarios

  1. Texto escrito desde un lugar muy profundo dentro de ti. Para eso existen este tipo de plataformas llamadas blogs :P

    Me encantó, sobre todo en el contexto de saber de que se hablaba.

    Saludos!

    ResponderBorrar

Publicar un comentario

Entradas más populares de este blog

A Gala

Te estás volviendo recurrente, cada vez que cierro los ojos veo los tuyos en vez de los míos. El bosque detrás de tus pupilas se hace real y yo me interno en tu búsqueda. Haz hablado conmigo de mil cosas que conoces y todas ellas han sido reales al despertar. Me pregunto si estarás ahí cuando me hagas falta... me has dicho que sí. Te he soñado como nunca, una vez tras otra en instantes inconexos que se vuelven obsesivos cuando abro los ojos y entiendo que no fueron en verdad. ¿Lo fueron? Ayer me dijiste que volverías, lo hiciste con tus labios contra mi oreja, mi subconsciente te creyó. Hoy desperté con el pecho vacío, como si algo me hubiese robado el aliento mientras dormía, recordé que estuviste en mis sueños... Todo lo que queda son preguntas con respuestas perdidas en el tiempo. Lo sé, está cerca...

The head of the war

Rampage, fury, a day goes nearby me and I feel nothing, sweet heat of rage running towards the brain inside the head of the war... does it hurt? Is it burning? Is it me or the clouds of greish green are rising above? The sound of steps into the fog, into the sea, between the sand, the sound a deep breath willing to lose a life in order to win a mile, the sound of a thousand thunders going through the sky, falling in the rupture of men shreding eachother apart. This is hell... the deepest bottom of an ocean of missunderstanding. Is the will of the brain bigger than the life of so many others? Is it bigger than all of us? How do you messure the size of you among us? Red and purple days, red and purple nights, red and purple thoughts, this little puppets follow the colors of a fabric that has lost it's meaning... they follow no reason, just a brain with an unclear purpouse and a greed bigger than all of us.

La muerte de K

Hay algo que necesito entender: ¿qué pasó? Por más que miro hacia atrás y busco una explicación tras otra, todo parece tan absurdo que no consigo dar paz a mi mente. Te he buscado como loco, por debajo de las piedras y entre las letras de las miles de cartas que he escrito para ti en mi cabeza. He intentado llamarte por las madrugadas frente a las olas del mar y no he conseguido respuesta. No lo sé, dónde te perdí, por qué no apareces... Mis pensamientos inconclusos navegan entre los recuerdos de una persona que parece desvanecerse cada vez más frente al espejo. Ayer no tenías frente, hoy ya no te veo los ojos, mañana quién sabe. Cuando desaparezca tu cuello empezaré a pensar que no hay remedio. ¿Sufriré? ¿Sabré que te has ido por completo cuando lo hagas? Vaya cosa curiosa. El hombre azul ponía en carpetas separadas las cartas escritas a diferentes amigos, organizaba con perfección su vida plasmada en memorias aparentemente inconexas, la ponía en los cajones de su escritorio y se pre...