Ir al contenido principal

Sara piensa

Ayer estuve pensando en ti, sin que tú lo supieras. Me quedé observándote mientras leías tumbada en el sillón y tomabas notas en tu libreta verde. Pensé que no te dabas cuenta, pero me sonreías de pronto sin mirarme. Me preguntaba qué pasaba por tu cabeza, qué pensabas de aquello de lo que tomaste tantas anotaciones, qué sentías cuando mis ojos se clavaban en tu boca, qué se te antojaba cuando mojabas tus labios con tu lengua. Quise meterme en tu mente y saberlo todo. Hace mucho que tengo ganas de saberlo todo. Suena un poco enfermo, lo sé. No importa. Deseo tanto estar contigo que quisiera hacerlo incluso cuando estás en tí misma. ¿Me explico? Que amor tan atroz el que te tengo, tan intimidante. 
A veces creo que es absurdo lo que pienso, que tanta pasión no puede durar demasiado y que en algún momento vas a cansarte de que te observe. Quizá la que se canse sea yo. O, tal vez, nos acostumbremos tanto a ello que no nos parezca anormal, ni único. Le tengo miedo al vacío, Lia, mucho miedo al vacío. A mirarte sin verte, a tocarte sin sentirte, a que se me olvide que me gusta tu voz en el teléfono tanto como en el oído... ¿Qué hago? ¿Me detengo? ¿Olvido que lo que siento es aparentemente más grande de lo que puedo decir? ¿Desacelero el paso agigantado que he dado estando contigo?
A veces el miedo me invade mirándome al espejo, me doy cuenta de que me veo distinta. Creo que no sé a dónde he ido a parar, ¿me entiendes? Creo que lo haces. Hace unos días me dijiste que veías un futuro conmigo pero que no sabías hasta dónde podía llegar, dijiste que no sabrías qué hacer si no estuvieras conmigo, ¿es cierto? ¿A eso hemos llegado? ¿A ser tan necesarias la una para la otra que si no estamos somos incompletas? Dios... no puede ser.
Quizá sea sólo mi paranoia, mi ataque de nervios... no me hagas caso.

Comentarios

Entradas más populares de este blog

A Gala

Te estás volviendo recurrente, cada vez que cierro los ojos veo los tuyos en vez de los míos. El bosque detrás de tus pupilas se hace real y yo me interno en tu búsqueda. Haz hablado conmigo de mil cosas que conoces y todas ellas han sido reales al despertar. Me pregunto si estarás ahí cuando me hagas falta... me has dicho que sí. Te he soñado como nunca, una vez tras otra en instantes inconexos que se vuelven obsesivos cuando abro los ojos y entiendo que no fueron en verdad. ¿Lo fueron? Ayer me dijiste que volverías, lo hiciste con tus labios contra mi oreja, mi subconsciente te creyó. Hoy desperté con el pecho vacío, como si algo me hubiese robado el aliento mientras dormía, recordé que estuviste en mis sueños... Todo lo que queda son preguntas con respuestas perdidas en el tiempo. Lo sé, está cerca...

The head of the war

Rampage, fury, a day goes nearby me and I feel nothing, sweet heat of rage running towards the brain inside the head of the war... does it hurt? Is it burning? Is it me or the clouds of greish green are rising above? The sound of steps into the fog, into the sea, between the sand, the sound a deep breath willing to lose a life in order to win a mile, the sound of a thousand thunders going through the sky, falling in the rupture of men shreding eachother apart. This is hell... the deepest bottom of an ocean of missunderstanding. Is the will of the brain bigger than the life of so many others? Is it bigger than all of us? How do you messure the size of you among us? Red and purple days, red and purple nights, red and purple thoughts, this little puppets follow the colors of a fabric that has lost it's meaning... they follow no reason, just a brain with an unclear purpouse and a greed bigger than all of us.

La muerte de K

Hay algo que necesito entender: ¿qué pasó? Por más que miro hacia atrás y busco una explicación tras otra, todo parece tan absurdo que no consigo dar paz a mi mente. Te he buscado como loco, por debajo de las piedras y entre las letras de las miles de cartas que he escrito para ti en mi cabeza. He intentado llamarte por las madrugadas frente a las olas del mar y no he conseguido respuesta. No lo sé, dónde te perdí, por qué no apareces... Mis pensamientos inconclusos navegan entre los recuerdos de una persona que parece desvanecerse cada vez más frente al espejo. Ayer no tenías frente, hoy ya no te veo los ojos, mañana quién sabe. Cuando desaparezca tu cuello empezaré a pensar que no hay remedio. ¿Sufriré? ¿Sabré que te has ido por completo cuando lo hagas? Vaya cosa curiosa. El hombre azul ponía en carpetas separadas las cartas escritas a diferentes amigos, organizaba con perfección su vida plasmada en memorias aparentemente inconexas, la ponía en los cajones de su escritorio y se pre...