Ir al contenido principal

Celosa de mí

Por las mañanas, me levantaba el ánimo desconocido de abrir la puerta y lanzarme al mundo sin pensar. Quería volar, pensaba que podía, fantaseaba que abría unas alas de aire y planeaba por el infinito. Las noches llegaban serenas con sus cielos llenos de unas estrellas fulgurantes que hablaban en la lengua de los sueños, una que yo podía entender. Se me pasaban las horas contando ilusiones y no reparaba en la realidad del tiempo, no tenía objeto hacerlo.
Hoy los tiempos han cambiado como suelen hacerlo ante el influjo de las estaciones, ni soy la que sueña ni soy la soñada. Hoy estoy en el espejo un poco celosa de la que fui antes, un poco desilusionada del cómo han resultado las cosas. No puedo volver, ni quiero intentarlo, sólo quiero prestarme los ojos que tuve para ver el mundo de ahora con las mismas alas de aire que tuve antes. ¿Es mucho pedir?
Tengo que confesarlo, sufro de un pequeño complejo de Peter Pan, no quisiera tener que crecer demasiado y si he de hacerlo, quisiera que fuera con los mismos ojos que tuve antes... qué hay de malo en no querer peder la capacidad de asombro, en querer ver una belleza simple e implícita en las cosas más sencillas, en buscar olvidar las presiones con los placeres más mundanos, en sonreír con una paleta y ser feliz con un helado de chocolate, en esperar que los momentos perfectos sean sólo con amigos y risas, en vivir rodeado de ficciones y fantasías que se comparten... después de todo, héme aquí, con mi pequeño complejo, escribiendo fantasías como siempre lo he hecho, inventando mundos y personas. Hélos aquí, leyéndome (gracias por hacerlo), mientras observo al espejo con mis ojos de niña esperando que el mundo se vea igual de colorido que antes. Quiero mi mundo technicolor, dulce y acidito como paleta de sandía con chile, a eso debe saber la vida.

Comentarios

Entradas más populares de este blog

A Gala

Te estás volviendo recurrente, cada vez que cierro los ojos veo los tuyos en vez de los míos. El bosque detrás de tus pupilas se hace real y yo me interno en tu búsqueda. Haz hablado conmigo de mil cosas que conoces y todas ellas han sido reales al despertar. Me pregunto si estarás ahí cuando me hagas falta... me has dicho que sí. Te he soñado como nunca, una vez tras otra en instantes inconexos que se vuelven obsesivos cuando abro los ojos y entiendo que no fueron en verdad. ¿Lo fueron? Ayer me dijiste que volverías, lo hiciste con tus labios contra mi oreja, mi subconsciente te creyó. Hoy desperté con el pecho vacío, como si algo me hubiese robado el aliento mientras dormía, recordé que estuviste en mis sueños... Todo lo que queda son preguntas con respuestas perdidas en el tiempo. Lo sé, está cerca...

The head of the war

Rampage, fury, a day goes nearby me and I feel nothing, sweet heat of rage running towards the brain inside the head of the war... does it hurt? Is it burning? Is it me or the clouds of greish green are rising above? The sound of steps into the fog, into the sea, between the sand, the sound a deep breath willing to lose a life in order to win a mile, the sound of a thousand thunders going through the sky, falling in the rupture of men shreding eachother apart. This is hell... the deepest bottom of an ocean of missunderstanding. Is the will of the brain bigger than the life of so many others? Is it bigger than all of us? How do you messure the size of you among us? Red and purple days, red and purple nights, red and purple thoughts, this little puppets follow the colors of a fabric that has lost it's meaning... they follow no reason, just a brain with an unclear purpouse and a greed bigger than all of us.

La muerte de K

Hay algo que necesito entender: ¿qué pasó? Por más que miro hacia atrás y busco una explicación tras otra, todo parece tan absurdo que no consigo dar paz a mi mente. Te he buscado como loco, por debajo de las piedras y entre las letras de las miles de cartas que he escrito para ti en mi cabeza. He intentado llamarte por las madrugadas frente a las olas del mar y no he conseguido respuesta. No lo sé, dónde te perdí, por qué no apareces... Mis pensamientos inconclusos navegan entre los recuerdos de una persona que parece desvanecerse cada vez más frente al espejo. Ayer no tenías frente, hoy ya no te veo los ojos, mañana quién sabe. Cuando desaparezca tu cuello empezaré a pensar que no hay remedio. ¿Sufriré? ¿Sabré que te has ido por completo cuando lo hagas? Vaya cosa curiosa. El hombre azul ponía en carpetas separadas las cartas escritas a diferentes amigos, organizaba con perfección su vida plasmada en memorias aparentemente inconexas, la ponía en los cajones de su escritorio y se pre...