Ir al contenido principal

Escribir

Escribir sin sentido, cachar palabras en el aire y pegarlas en algún lado, pescar ideas en el estanque de todos y comerlas hasta hacerlas nuestras. Escribir con la gracia de las musas y la ayuda de los dioses, aunque sea alrevés. Escribir desde la mente, desde el corazón, desde el otro lado del mundo impoluto y absurdo que es uno mismo. Escribir por la mañana, por la tarde, por mera curiosidad de entender lo que se piensa y se siente. Escribir para divertir, para hacer pensar, para creer que se piensa cuando en realidad no importa. Escribir en inconexo o con miles de ataduras a la realidad... escribir el ensayo de un crímen o la obra de teatro de la obra de teatro donde se mató al rey, escribir al personaje que se cree real y al que se sabe ficticio...
Escribir es el mundo de posibilidades más el universo de ideas revueltas con el pedazo letrado que es uno mismo, desde adentro y desde afuera. Escribir es la huella que se deja poco a poco en el mundo externo del mundo interno, sin importar si se deja para siempre o sólo por unos minutos, si se entiende como se quiere o se distorciona al grado de la incoherencia total. A quién le importa hoy si escribo lo que pasó ayer o lo que pasará mañana, lo que ni siquiera ha pasado o lo que no podría pasar porque es simplemente antinatura...
Escribir es lo mío, lo que me hace ser única... saber que puedo, sólo yo, imaginar estas cosas extrañas y ponerlas en palabras que son mías mientras las uso, aunque después todo lo que imprima en ellas sea de quien lo lee. Escribir es compartir un mundo con otros, una vida con otras y hacer posible el infinito intercambio de ideas, emociones y sensaciones que nos hace humanos. Escribir es leer y leer es seguir escribiendo...

Comentarios

Publicar un comentario

Entradas más populares de este blog

A Gala

Te estás volviendo recurrente, cada vez que cierro los ojos veo los tuyos en vez de los míos. El bosque detrás de tus pupilas se hace real y yo me interno en tu búsqueda. Haz hablado conmigo de mil cosas que conoces y todas ellas han sido reales al despertar. Me pregunto si estarás ahí cuando me hagas falta... me has dicho que sí. Te he soñado como nunca, una vez tras otra en instantes inconexos que se vuelven obsesivos cuando abro los ojos y entiendo que no fueron en verdad. ¿Lo fueron? Ayer me dijiste que volverías, lo hiciste con tus labios contra mi oreja, mi subconsciente te creyó. Hoy desperté con el pecho vacío, como si algo me hubiese robado el aliento mientras dormía, recordé que estuviste en mis sueños... Todo lo que queda son preguntas con respuestas perdidas en el tiempo. Lo sé, está cerca...

The head of the war

Rampage, fury, a day goes nearby me and I feel nothing, sweet heat of rage running towards the brain inside the head of the war... does it hurt? Is it burning? Is it me or the clouds of greish green are rising above? The sound of steps into the fog, into the sea, between the sand, the sound a deep breath willing to lose a life in order to win a mile, the sound of a thousand thunders going through the sky, falling in the rupture of men shreding eachother apart. This is hell... the deepest bottom of an ocean of missunderstanding. Is the will of the brain bigger than the life of so many others? Is it bigger than all of us? How do you messure the size of you among us? Red and purple days, red and purple nights, red and purple thoughts, this little puppets follow the colors of a fabric that has lost it's meaning... they follow no reason, just a brain with an unclear purpouse and a greed bigger than all of us.

La muerte de K

Hay algo que necesito entender: ¿qué pasó? Por más que miro hacia atrás y busco una explicación tras otra, todo parece tan absurdo que no consigo dar paz a mi mente. Te he buscado como loco, por debajo de las piedras y entre las letras de las miles de cartas que he escrito para ti en mi cabeza. He intentado llamarte por las madrugadas frente a las olas del mar y no he conseguido respuesta. No lo sé, dónde te perdí, por qué no apareces... Mis pensamientos inconclusos navegan entre los recuerdos de una persona que parece desvanecerse cada vez más frente al espejo. Ayer no tenías frente, hoy ya no te veo los ojos, mañana quién sabe. Cuando desaparezca tu cuello empezaré a pensar que no hay remedio. ¿Sufriré? ¿Sabré que te has ido por completo cuando lo hagas? Vaya cosa curiosa. El hombre azul ponía en carpetas separadas las cartas escritas a diferentes amigos, organizaba con perfección su vida plasmada en memorias aparentemente inconexas, la ponía en los cajones de su escritorio y se pre...