En el mundo surreal la esperaba una imagen, una mujer delgada, de cabello castaño y ojos café que reía tímidamente, estaba sentada en la sala de su casa, a su lado. Platicaban animosamente.
Sara la miró a los ojos, Lia se sonrojó. Sara alargó la mano y acarició el rostro de la mujer que la miraba mientras hacía a un lado un mechón de su cabello. Lia no podía mantener la mirada tranquila, veía a Sara y volteaba a otro lado, estaba sonrojada y nerviosa.
La mano de Sara pasó por la oreja de Lia y se detuvo en el cuello. Lia sostuvo su mirada y acarició su rostro mientras se acercaba para besarla. Sintió claramente el calor de los labios de Lia contra los suyos. Se acercó a ella, bajó su mano del cuello a la cintura y se acercó aún más. Las manos de Lia rodeaban su cuello y jugaban con su pelo. Ella abrazaba la cintura de Lia y acariciaba su espalda. A los labios se unieron las lenguas y los besos empezaron a mezclarse en uno solo.
Sintieron sus cuerpos desnudos. Ya en la cama no hubo reparos. Sara recorrió el cuerpo de Lia mientras ella continuaba estremeciéndose al tacto. De pronto, Sara se separó de Lia y se sentó sobre la cama con las piernas extendidas, Lia la siguió y se sentó sobre ella, quedando de frente. Tomó la cabeza de Sara por la nuca y la acercó a su cara, la besó apasionadamente mientras Sara agarraba sus nalgas y su espalda. Volvió a jugar con sus pechos, la rodó hacia un lado y la dejó acostada mientras bajaba lentamente la boca por el centro de su cuerpo, viajando por su cuello y su vientre para estacionarse en el interior de sus muslos. Lia no podía reprimir las contorsiones de su cuerpo, ni sus expresiones de placer.
Los movimientos de Sara eran cada vez más rápidos y cadenciosos, Lia se movía al unísono. En un instante, ambas parecieron abstraerse del mundo juntas. Volvieron de la misma forma, en un sólo movimiento, en un abrir de ojos en el que las miradas se encontraron después de unos segundos de ausencia.
Lia acarició el rostro de Sara con ternura mientras le sonreía, ella correspondió la acción con un beso. Rieron juntas y se acostaron la una al lado de la otra, abrazándose y sin decir una palabra. La imagen se esfumó despacio entre una densa niebla oscura. Sara se sumió en un sueño profundo hasta la mañana siguiente.
Y qué mas?? ese final queda a deber al lector, eh! ;-)
ResponderBorraroooh caray, ya see!! pero espera... despues se pone mejor ;) esta historia va por pedacitos=D
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