- ¿Crees que podamos regresar ahora?
- No, aún no... espera un poco más.
- Pero ya deben estar lejos...
- No importa, espera mejor... espera...
- Si tú lo dices...
- Mor, despierta, ya es hora de volver.
- ¿Eh?, ah, sí, ya que es de noche quieres regresar... pues vamos...
- Oye, no te pongas de malas ahora, no es momento para estarse peleando.
- Llevamos todo el día esperando a que se vayan, Io, se fueron desde hace horas y nosotras seguimos aquí escondidas...
- La espera no es en balde, te lo puedo asegurar, quizá dejaron algún vigilante y ahora debe estar dormido, es el momento perfecto para acercarse a ver qué hicieron...
- Bueno, vamos...
Sus ojos incrédulos hacen juego con su boca abierta en los rostros desencajados. Un establo reducido a cenizas está frente a ellas, no hay una sola persona más a la redonda, los caballos se han ido asustados por el fuego y sólo el aire húmedo del océano acompaña la repentina desolación de Ioanna y Morwen. Ambas caminan abrazadas hacia la casa que ha quedado destrozada por dentro, ven las puertas destruídas en el suelo, los muebles hechos astillas, las cortinas raídas, todo revuelto, una se queda entre los restos del comedor mientras la otra observa incrédula cada uno de los cuartos.
- ¿Podemos salvar algo?
- A penas algunos libros...
- Nada de los muebles, nada de la cocina, ni del comedor...
- Ninguna cama... los roperos tampoco...
- No dejaron nada completo...
- Sí, el baúl que guardas en la pared, mira, no lo vieron...
- Uff, perfecto... algo que salvar, tus dibujos están acá adentro, guardé muchos de ellos.
- Bien, gracias, hermana, pensé que los había perdido... ¿dónde crees que esté mamá ahora?
- No lo sé, quizá en la gruta de la playa, espero que haya tenido tiempo suficiente para esconderse y llevarse algunas cosas con ella.
- ¿Vamos a buscarla?... No... es de noche, mejor dormimos y salimos mañana temprano.
- No nos conviene quedarnos, Mor, volvamos al bosque para pasar la noche y mañana la buscamos...
- En el bosque nos pueden encontrar, mejor vamos a la playa, en la cueva podemos escondernos...
- Tienes razón, vámonos, hay que aprovechar la luz de la luna.
- No, aún no... espera un poco más.
- Pero ya deben estar lejos...
- No importa, espera mejor... espera...
- Si tú lo dices...
- Mor, despierta, ya es hora de volver.
- ¿Eh?, ah, sí, ya que es de noche quieres regresar... pues vamos...
- Oye, no te pongas de malas ahora, no es momento para estarse peleando.
- Llevamos todo el día esperando a que se vayan, Io, se fueron desde hace horas y nosotras seguimos aquí escondidas...
- La espera no es en balde, te lo puedo asegurar, quizá dejaron algún vigilante y ahora debe estar dormido, es el momento perfecto para acercarse a ver qué hicieron...
- Bueno, vamos...
Sus ojos incrédulos hacen juego con su boca abierta en los rostros desencajados. Un establo reducido a cenizas está frente a ellas, no hay una sola persona más a la redonda, los caballos se han ido asustados por el fuego y sólo el aire húmedo del océano acompaña la repentina desolación de Ioanna y Morwen. Ambas caminan abrazadas hacia la casa que ha quedado destrozada por dentro, ven las puertas destruídas en el suelo, los muebles hechos astillas, las cortinas raídas, todo revuelto, una se queda entre los restos del comedor mientras la otra observa incrédula cada uno de los cuartos.
- ¿Podemos salvar algo?
- A penas algunos libros...
- Nada de los muebles, nada de la cocina, ni del comedor...
- Ninguna cama... los roperos tampoco...
- No dejaron nada completo...
- Sí, el baúl que guardas en la pared, mira, no lo vieron...
- Uff, perfecto... algo que salvar, tus dibujos están acá adentro, guardé muchos de ellos.
- Bien, gracias, hermana, pensé que los había perdido... ¿dónde crees que esté mamá ahora?
- No lo sé, quizá en la gruta de la playa, espero que haya tenido tiempo suficiente para esconderse y llevarse algunas cosas con ella.
- ¿Vamos a buscarla?... No... es de noche, mejor dormimos y salimos mañana temprano.
- No nos conviene quedarnos, Mor, volvamos al bosque para pasar la noche y mañana la buscamos...
- En el bosque nos pueden encontrar, mejor vamos a la playa, en la cueva podemos escondernos...
- Tienes razón, vámonos, hay que aprovechar la luz de la luna.
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