Ir al contenido principal

La carta

Ayer tuve la certeza de ver la luna reflejada en las olas, mecerse hasta la playa y hablarme. Estaba soñando. Lo sé porque volví a ver su rostro en la luna y sus ojos entre las olas. La extraño tanto. La última vez que la vi sus labios eran azules como el hielo, su cuerpo congelado e inerte yacía pesado sobre la borda del barco, mis lágrimas se mezclaban con la sal del agua marina. La mujer verde me miraba como nunca, vacía. Quise lanzarme al mar oscuro y recuperar el aliento que había dejado adentro. Quise desgarrarme el alma y regresarle la vida. Ayer me detuve frente al mar y le lancé mil blasfemias, hubiera querido matar a Poseidón con las manos desnudas por habérsela llevado tan de pronto. Lloré toda la noche.
Discúlpame si te lo digo tan de pronto, pero la extraño, la extraño tanto que no puedo contenerlo. Quisiera salirme de mi cuerpo con las lágrimas, quisiera que el de esta noche fuera el último aliento que yo tomara. No creí sentirlo tanto, pensé que tenía a la muerte superada por mucho, pero se llevó lo único que quería de veras. K, no sé qué hacer. Me estoy volviendo loco. Doy vueltas por el departamento esperando verla u olvidarla. Ando por las calles como zombie respondiendo en automático a los impulsos de mi vida diaria. Nada me tiene tranquilo, no hablemos de contento. ¿Será el suicidio la única salida? Me lo pregunto, te lo pregunto, porque lo he considerado tantas veces ya.
La verdad es que todo me tiene insatisfecho, ya sé, dicen que soy el niño de oro, que lo tengo todo. Pero todo es tan banal, tan frío y oscuro, incluso las "buenas acciones" me resultan frívolas. Creo que estoy cansado de la vida. ¿Será así? Respiro profundo. Medito. Leo. Escribo. Corro. Nado. Hablo. ¡Grito! No sé qué hacer. Me estoy volviendo loco.
K, eres la única persona en quien puedo confiar, los demás son demasiado fríos para entenderlo. Volveré mañana a la ciudad, ya no puedo estar más tiempo aquí. Espero verte cuando vuelva, por favor.

Escribe pronto.

... "el niño de oro".

Comentarios

Entradas más populares de este blog

A Gala

Te estás volviendo recurrente, cada vez que cierro los ojos veo los tuyos en vez de los míos. El bosque detrás de tus pupilas se hace real y yo me interno en tu búsqueda. Haz hablado conmigo de mil cosas que conoces y todas ellas han sido reales al despertar. Me pregunto si estarás ahí cuando me hagas falta... me has dicho que sí. Te he soñado como nunca, una vez tras otra en instantes inconexos que se vuelven obsesivos cuando abro los ojos y entiendo que no fueron en verdad. ¿Lo fueron? Ayer me dijiste que volverías, lo hiciste con tus labios contra mi oreja, mi subconsciente te creyó. Hoy desperté con el pecho vacío, como si algo me hubiese robado el aliento mientras dormía, recordé que estuviste en mis sueños... Todo lo que queda son preguntas con respuestas perdidas en el tiempo. Lo sé, está cerca...

The head of the war

Rampage, fury, a day goes nearby me and I feel nothing, sweet heat of rage running towards the brain inside the head of the war... does it hurt? Is it burning? Is it me or the clouds of greish green are rising above? The sound of steps into the fog, into the sea, between the sand, the sound a deep breath willing to lose a life in order to win a mile, the sound of a thousand thunders going through the sky, falling in the rupture of men shreding eachother apart. This is hell... the deepest bottom of an ocean of missunderstanding. Is the will of the brain bigger than the life of so many others? Is it bigger than all of us? How do you messure the size of you among us? Red and purple days, red and purple nights, red and purple thoughts, this little puppets follow the colors of a fabric that has lost it's meaning... they follow no reason, just a brain with an unclear purpouse and a greed bigger than all of us.

La muerte de K

Hay algo que necesito entender: ¿qué pasó? Por más que miro hacia atrás y busco una explicación tras otra, todo parece tan absurdo que no consigo dar paz a mi mente. Te he buscado como loco, por debajo de las piedras y entre las letras de las miles de cartas que he escrito para ti en mi cabeza. He intentado llamarte por las madrugadas frente a las olas del mar y no he conseguido respuesta. No lo sé, dónde te perdí, por qué no apareces... Mis pensamientos inconclusos navegan entre los recuerdos de una persona que parece desvanecerse cada vez más frente al espejo. Ayer no tenías frente, hoy ya no te veo los ojos, mañana quién sabe. Cuando desaparezca tu cuello empezaré a pensar que no hay remedio. ¿Sufriré? ¿Sabré que te has ido por completo cuando lo hagas? Vaya cosa curiosa. El hombre azul ponía en carpetas separadas las cartas escritas a diferentes amigos, organizaba con perfección su vida plasmada en memorias aparentemente inconexas, la ponía en los cajones de su escritorio y se pre...