Querida Sara:
Ayer me di cuenta, abrí los ojos -rojos y adoloridos- para verte, tu mirada dulce y tranquila esperaba una palabra mía mientras me acariciabas la cara... Me di cuenta de pronto, como si una luz encendiera algo en mi cabecita loca y yo diera con el hilo negro de algo que me había estado molestando... Me habías hecho falta mi querida Sara, sin saberlo tú yo navegué mis memorias estos días de ausencia, pensé en cada una de tus palabras, de tus caricias y de tus besos, pensé en ti irremediablemente. Descansar de mi vida era huir de ti por un momento y justo en ese instante me di cuenta, había desaparecido de este mundo y tú estabas en él. Nada me había hecho falta, excepto tú.
Sara, ¿cuánto tiempo hemos estado juntas? No lo recuerdo, las fechas me transgreden la memoria y siempre se pasan de largo. No lo recuerdo y no me importa recordarlo. Quiero recordar instantes, acciones, palabras, quiero recordar tus sonrisas, tus trozos de piel desnuda, tus ojos mirándome de lejos y de cerca. Los números escapan pero tú y tus imágenes permanecen en un lugar cercano de mi memoria, qué más dan las fechas si tengo los momentos para recordarte.
Te escribo las cartas en esta libreta sin nombre, algún día las leerás, algún día te las daré.
Lía
El tiempo, el tiempo...¿cuál es la edad del tiempo? he dejado que alma tenga la misma edad que la edad del cielo...
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