Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando las entradas de abril, 2009

Yo me robé la luna

¿Recuerdas esa noche que te quedaste dormida en mis brazos después de tener pesadillas? Esa noche tuve el atrevimiento de dejarte sola, te hice a un lado suavemente para que no despertaras, te tapé y salí huyendo por la ventana. Volé kilómetros y kilómetros, por encima de los edificios, de las luces, de las nubes, lejos de la tierra... Tomé mi red, la que traía colgada de la espalda, bien agarrada a mí para que no se cayera en el vuelo, la puse delante de mi y esperé. Fui muy cautelosa, me mantuve alerta hasta que volteó la cara y entonces la agarré desprevenida. La luna cayó en mi red de mariposas... Volé de regreso con el peso del astro en la espalda. Me detuve a una distancia considerable, la amarré bien fuerte a un hilo casi invisible, no quería que los demás se dieran cuenta de que les había robado la luna. Bajé de vuelta con el sigilo necesario, entré por la ventana y te tomé en mis brazos mientras aún dormías... Ahora habitas en la luna, un poco alejada del mundo, acompañada sól...

Tripping

it keeps me sane u know this lil piece of metal in my head in my hand see? sane... sanity is not a term i use all the time see? but it comes handy it's just suitable going down the river it feels fine allright i swim, swim with my suit suit and a hand in a pocket metal on the mind crsital inside drawn drawn drawn drawn i am slow a slow pittyful version of myself i am robot metal hanging all over the place metal bright metal high metal alone i have driven i have became a last peace of it all

Epistolario (adc)

Las palabras se me revolcaron en la lengua, chocando contra mis dientes, revolcándose de nuevo hacia la garganta con el vaivén de miles de ideas que no terminan de ser dichas... 'Yo', dije a tus oídos y me detuve, 'yo...', la palabra sola perdió sentido mientras escapaba de mis labios, 'yo no...' Con la impaciencia de una frase entendida que no se dice, te miré a los ojos esperando que ellos dijeran lo que la boca no pudo. Las lágrimas inertes resbalaron por mis mejillas como si eso significara algo, llenaste tus dedos de la sal que caía, dijiste algo en silencio y sonreí con tus palabras. Querida Sara: Me quedé callada sin saber qué responderte cuando hablaste frente al espejo mirando mi reflejo en la pared del fondo. Te vi sentada frente al cristal con tu tono serio, tus ojos fijos en los míos, ellos fijos en el suelo sin saber qué responder... No me gusta hablar, deberías saberlo, no cuando no puedo verte directo a los ojos diciendo algo que no suene a escusa...

Surrealismo personal

Tenía la mente vacía, ausente, envuelta en ese blanco permanente que anuncia la negación del pensamiento. Tenía los ojos de niebla, inundados de sal perpétua pegada a las pupilas, imperceptible al resto de la gente. Tenía los cabellos tiezos en el aire frío de la tarde, caídos entre la monotonía de un mundo que le quedaba chico. No tenía nombre, perdía el rostro entre las ropas y se reinventaba dejando caer sus piezas antíguas en el pozo de los recuerdos olvidados. Ella es... ella es... es la última pieza de un rompecabezas interminable que se recompone a sí mismo según las circunstancias de este mundo - y las de aquél otro -, que no dejan de ser volubles al ánimo de Fortuna. Ella es la máscara que viene y va, es el interior y el exterior de un personaje ficticio que navega en mareas reales, camina entre personas de carne y hueso. Ella es... es ella. Perdona, creo que aún no termino de conocer tus nombres y ver todas tus miradas, creo que aún no terminamos de entendernos del todo tú y ...

Io y Mor (alguna parte de la misma historia)

- ¿Crees que podamos regresar ahora? - No, aún no... espera un poco más. - Pero ya deben estar lejos... - No importa, espera mejor... espera... - Si tú lo dices... - Mor, despierta, ya es hora de volver. - ¿Eh?, ah, sí, ya que es de noche quieres regresar... pues vamos... - Oye, no te pongas de malas ahora, no es momento para estarse peleando. - Llevamos todo el día esperando a que se vayan, Io, se fueron desde hace horas y nosotras seguimos aquí escondidas... - La espera no es en balde, te lo puedo asegurar, quizá dejaron algún vigilante y ahora debe estar dormido, es el momento perfecto para acercarse a ver qué hicieron... - Bueno, vamos... Sus ojos incrédulos hacen juego con su boca abierta en los rostros desencajados. Un establo reducido a cenizas está frente a ellas, no hay una sola persona más a la redonda, los caballos se han ido asustados por el fuego y sólo el aire húmedo del océano acompaña la repentina desolación de Ioanna y Morwen. Ambas caminan abrazadas hacia la casa que ...