¿Recuerdas esa noche que te quedaste dormida en mis brazos después de tener pesadillas? Esa noche tuve el atrevimiento de dejarte sola, te hice a un lado suavemente para que no despertaras, te tapé y salí huyendo por la ventana. Volé kilómetros y kilómetros, por encima de los edificios, de las luces, de las nubes, lejos de la tierra... Tomé mi red, la que traía colgada de la espalda, bien agarrada a mí para que no se cayera en el vuelo, la puse delante de mi y esperé. Fui muy cautelosa, me mantuve alerta hasta que volteó la cara y entonces la agarré desprevenida. La luna cayó en mi red de mariposas... Volé de regreso con el peso del astro en la espalda. Me detuve a una distancia considerable, la amarré bien fuerte a un hilo casi invisible, no quería que los demás se dieran cuenta de que les había robado la luna. Bajé de vuelta con el sigilo necesario, entré por la ventana y te tomé en mis brazos mientras aún dormías... Ahora habitas en la luna, un poco alejada del mundo, acompañada sól...
Conversaciones en el vacío de muchas voces.