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Epistolario ADC

Querida Sara:
Ayer oí una historia por demás extraña. Una chica en la escuela afirmaba ver personas y animales que realmente no estaban ahí, se comunicaba con ellos. Decía que los miraba de pronto en la lejanía y después, conforme se habituaba a verlos, sus figuras eran más cercanas. También sentía lo mismo que ellos, su enojo, su paz, su alegría, y podía hablarles. Fue impresionante, se quedó parada un segundo, reacargada en el barandal del segundo piso y me observó, "hay alguien detrás de ti", me dijo, "es un hombre alto, de cabello y tez oscura, parece amable". Yo sonreí, ella explicó qué estaba él haciendo detrás mío y todas esas cosas, yo no supe qué decir.
Hace un tiempo otra persona me dijo lo mismo, era una completa desconocida, me saludó y saludó a otra persona aunque yo estaba sola. No creo en esas cosas, aunque mucha gente me lo dijera, yo sólo sonreiría sin decir más. La única persona a la que siento cerca de mí es a ti.
¿Crees que todo eso sea cierto? ¿Tendré un ángel de la guarda que no seas tú? Jejeje... No sé, mi querida Sara, si deba creer en algo así o no... realmente no me importa, sigo viviendo como siempre en este mundo de humanos, con cosas tangibles y animales visibles. Creer en lo increíble quizá sea para gente menos como yo.
Tuya, Lía.

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