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Epistolario ADC

Querida Sara:
Ayer oí una historia por demás extraña. Una chica en la escuela afirmaba ver personas y animales que realmente no estaban ahí, se comunicaba con ellos. Decía que los miraba de pronto en la lejanía y después, conforme se habituaba a verlos, sus figuras eran más cercanas. También sentía lo mismo que ellos, su enojo, su paz, su alegría, y podía hablarles. Fue impresionante, se quedó parada un segundo, reacargada en el barandal del segundo piso y me observó, "hay alguien detrás de ti", me dijo, "es un hombre alto, de cabello y tez oscura, parece amable". Yo sonreí, ella explicó qué estaba él haciendo detrás mío y todas esas cosas, yo no supe qué decir.
Hace un tiempo otra persona me dijo lo mismo, era una completa desconocida, me saludó y saludó a otra persona aunque yo estaba sola. No creo en esas cosas, aunque mucha gente me lo dijera, yo sólo sonreiría sin decir más. La única persona a la que siento cerca de mí es a ti.
¿Crees que todo eso sea cierto? ¿Tendré un ángel de la guarda que no seas tú? Jejeje... No sé, mi querida Sara, si deba creer en algo así o no... realmente no me importa, sigo viviendo como siempre en este mundo de humanos, con cosas tangibles y animales visibles. Creer en lo increíble quizá sea para gente menos como yo.
Tuya, Lía.

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A Gala

Te estás volviendo recurrente, cada vez que cierro los ojos veo los tuyos en vez de los míos. El bosque detrás de tus pupilas se hace real y yo me interno en tu búsqueda. Haz hablado conmigo de mil cosas que conoces y todas ellas han sido reales al despertar. Me pregunto si estarás ahí cuando me hagas falta... me has dicho que sí. Te he soñado como nunca, una vez tras otra en instantes inconexos que se vuelven obsesivos cuando abro los ojos y entiendo que no fueron en verdad. ¿Lo fueron? Ayer me dijiste que volverías, lo hiciste con tus labios contra mi oreja, mi subconsciente te creyó. Hoy desperté con el pecho vacío, como si algo me hubiese robado el aliento mientras dormía, recordé que estuviste en mis sueños... Todo lo que queda son preguntas con respuestas perdidas en el tiempo. Lo sé, está cerca...

Y...

No he dejado de escribirte. Estás en cada una de mis páginas, mis letras se han plagado de tu escencia y mi alma se ha quedado en el papel esperando sentirte de nuevo. No he dejado de pensarte. Cada vez que mis ojos se topan con el sol te recuerdan, ven el cielo queriendo encontrarte en las nubes y admiran la noche con el ardiente deseo de contemplarte otra vez. No he dejado de soñarte. He vivido entre fantasías, he amoldado mi realidad a mi ficción eterna, he construido un planeta aparte en el que nadie entra, nadie... excepto tú. Así fue que viviendo yo en la espesura de mi bosque ficticio te encontré en mi mundo y no te miré como a una extraña. Así fue que te volviste parte de mi apenas mis ojos notaron a los tuyos y te será imposible salir de mis sueños. Yo no he dejado de tenerte... ni en mis palabras, ni en mi mente, ni en mis sueños. Ahora mi mundo está plagado de ti, mi alma está abrazada por la tuya y yo estoy irremediablemente perdida en tus suspiros.

Drew

Era un ser pequeñito, chaparro y flaquito, o así me lo pareció. Sus ojos enormes me miraron por primera vez en el salón donde solíamos reunirnos con los demás, estaba escondido entre las sombras, con sus manitas verdes apenas saliendo de la túnica negra grisácea que siempre usaba, pegadas ambas a los costados de su cuerpo, su gran nariz sobresalía con su fleco amarillo anaranjado de la capucha que nunca se quita. No conozco su rostro, tengo que admitirlo, he visto sus ojos porque brillan, pero nunca he visto su rostro. Camina chistoso, como dando brinquitos, sus pies rara vez salen de la túnica que arrastra por todos lados. Nada le acompleja, anda siempre sonriente, lo cual es raro para un ser de tan pequeña estatura y tanta extrañeza. No habla, apenas suelta uno que otro sondillo casi chillón, todo lo dice con gestos, es un maestro para darse a entender con las manos. Escribe con cierta solemnidad, en una letra barroca, recargada de florituras, como si fuera una pequeña imprenta de h...