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Mostrando las entradas de mayo, 2009

Demencia cotidiana

Aquí estoy otra vez con muchas cosas dándome de vueltas en la cabeza, las letras de KT Tunstall se han mezclado con el bajo de The Kings of Leon y siento que el cerebro me bulle. Soy una mezcla muy rara de cosas apelmazadas unas con otras, un poco de surrealismo por aquí, un tanto de rock por allá, y un toque de realismo a la más pura forma de los franceses y los rusos esparcido encima de todo. He llegado a pensar que la incongruencia de lo que puedo ser se equipara con la congruencia de lo que puedo escribir. Quiero decir, si logro poner coherencia en mis palabras, quizá logre ponerla en mi mente. Quizá nunca lo logre, quién sabe. Tal vez dedique mi vida a ser uno de esos bichos raros que navegan el mundo con la mente nubalada y una sonrisa. Después de todo esto de vivir a lo bovarista, con la nariz en una historia inconclusa que promete terminar en el suicidio de la heroína después de ser tortuosamente realista al modo romántico (si eso puede), es como navegar en un mundo de sueños p...

Sara

El viento sobre mi espalda augura lluvia, la ventana abierta de la recámara refleja la luz del día en mi piel, tus manos se pasean lentamente por mi costado y me miras con esa sonrisa que tienes cuando recién has despertado. La noche se fue dejándonos detrás. El sol del medio día nos saluda entre la cortina. “Es tarde”, me dices en voz baja, “siempre es tarde”, respondo riendo y nos quedamos en silencio. Tu mano llega a mi cuello y me jalas para besarme aún sonriente. Los días se nos van como agua, ¿lo has notado? Paso las noches en tus brazos y despierto cada vez más tarde, ¿o más temprano? Recuesto mi cabeza en las almohadas mientras tomo tu cuerpo despacio entre mis dedos y escucho tu respiración rítmica entrar y salir de mis oídos. Eres el fantasma de mis noches insomnes, la esencia dulce que embriaga mis sueños lúcidos. Te levantas de la cama queriendo irte de mi lado y eso no lo puedo permitir, te jalo de un brazo para regresarte a las sábanas y caes sobre mí sin pensarlo. Estamo...

Días

Los días grises de mayo se hacen agua. Las mañanas crecen con el sol, las tardes mueren con la lluvia desgastando el tiempo. Se mueven las horas entre las hojas de los árboles. Yo observo por la ventana el paso de las nubes. ¿Dónde estás? La luna se asoma al cielo tímida de las luces de los edificios, me mira, la miro y entablamos una conversación de miradas que sólo nosotras entendemos. Ella dice que te busca, que hablará contigo mientras sueñas y dará mi mensaje entre líneas. Yo me quedo espectante. Algún día la luna te dirá entre sueños que yo espero en la ventana a que ella regrese con tu respuesta. Cerraré los ojos y estarás ahí. Los días grises de mayo dejarán de importarme, las mañanas soleadas se escurrirán en las tardes y las noches llegarán con su luna amiga que nos sirve de mensajera.