Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando las entradas de noviembre, 2008

A penny for your thoughts 1

Regularmente me pregunto si las conversaciones conmigo misma tienen interlocutor virtual, algún sujeto extraño atrapado en mi cabeza que hable mi mismo lenguaje y entienda mis gestos. Sí, sí, es regular también que alguna persona externa me responda "estás loca", pero ¿no sería más fácil decir "sí, Pau, todo mundo habla consigo mismo como si fuera uno otra persona"?... Bueno, al menos déjenme soñar, qué les cuesta, jejeje. Mi mente es un extraño compuesto de tres partes, una racional, fría e inquebrantable, otra irracional, pasional, sentimental a morir, y una que domina entre las otras dos, que encuentra cierto balance entre el frío y el calor, esa es siempre la más difícil de escuchar... piénselo bien, así somos todos, tenemos un poco de ángel, otro tanto de demonio y aunque somos mayormente humanos, simples mortales, nuestros polos son usualmente los que dominan, eres azul o rojo, luminoso u oscuro, ser gris, simplemente gris, es tormentoso, desastroso e imposibl...

Jaguar...

Ya no sé cómo escribirte, las palabras, los métodos, se acaban, rompo en silencio. Callo. Mi boca, mis dedos, yacen silenciosos en el recuerdo de tu imagen. Decir que quisiera que estuvieras aquí ya no es suficiente, nada cambia, sigo esperando que entres por alguna puerta y me tomes en tus brazos para olvidar la repentina soledad que me ahoga. Callar es fácil, hacer que no siento no lo es. Hablo, escribo, grito a todo pulmón que me agota la espera continua... pero nada cambia, porque la vida tiee un ritmo que debemos seguir y hay barreras irrompibles que quisiera derribar con las manos desnudas. Si te escribo es porque ya no sé cómo hablarte, las palabras y los métodos son insuficientes. Me haces falta, un día tras otro cuando no estás aquí, me haces falta, y me esgarro las ideas, las fantasías, los sentidos para olvidar o recordar que aquí esuviste, que me tuviste a tu lado y tocaste mi piel como si fuera tan profunda como el océano. Cierro los ojos, abro la mente y tu mirada me obse...

Aroma de café

El aroma del café parece estancarse de pronto en el cuarto iluminado, tu mano entra en contacto con la taza caliente, tomas un sorbo lentamente para no quemarte y vuelves a poner el recipiente sobre la mesita. Estás por levantarte de la cama cuando su mano en tu hombro te detiene. - Buenos días - te susurran esos dulces labios desde el otro lado del colchón. - Buenos días - respondes admirando esos ojos profundos e inocentes. Besas su mano, sorbes el café y te levantas sin soltar la taza a admirar el horizonte desde el ventanal que delimita tu cuarto. Miras al cielo con el café entre las manos, suspiras y sonríes. Has pasado una noche placentera que, para ti, podría resultar eterna. Sientes sus manos rodeando tu estómago y su respiración en tu cuello, no dices nada, sostienes la taza con una mano para con la otra acariciar su rostro y jugar con su pelo. Se quedan en silencio. Son sólo ustedes, el horizonte, la luz y el aroma del café lo que queda guardado en esa escena. Ella hace tu pe...