He estado pensando que he olvidado decir en letras altas muchas cosas, gritar en mayúsculas y hablar en lenguajes altisonantes que se vean como símbolos sin sentido. Creo que la hora ha vuelto. Hoy hago como que retomo las andanzas y sigo mis pasos entre las líneas somnolientas, quizá la resaca me dure un rato, pero aflojaré los dedos pronto y comenzaré a teclear como antes, con ganas... Así es la vida, de cuando en cuando una necesita un descanso de la propia mente, éste se ha terminado. Bienvenida de vuelta al mundo...
Te estás volviendo recurrente, cada vez que cierro los ojos veo los tuyos en vez de los míos. El bosque detrás de tus pupilas se hace real y yo me interno en tu búsqueda. Haz hablado conmigo de mil cosas que conoces y todas ellas han sido reales al despertar. Me pregunto si estarás ahí cuando me hagas falta... me has dicho que sí. Te he soñado como nunca, una vez tras otra en instantes inconexos que se vuelven obsesivos cuando abro los ojos y entiendo que no fueron en verdad. ¿Lo fueron? Ayer me dijiste que volverías, lo hiciste con tus labios contra mi oreja, mi subconsciente te creyó. Hoy desperté con el pecho vacío, como si algo me hubiese robado el aliento mientras dormía, recordé que estuviste en mis sueños... Todo lo que queda son preguntas con respuestas perdidas en el tiempo. Lo sé, está cerca...
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