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Mostrando las entradas de octubre, 2009

Brevedad

Los instantes en que la luna toca los astros oscuros de tu cuerpo olvido que vivo en otros mundos y soy todas tuya. Cierro la mente a las posiblilidades de universos infinitos para remitirme sólo al que a ti te pertenece. Esos momentos de paz plateada en que tus besos son realidades eternas en el efímero segundo del roce con los míos, cierro los ojos y dejo que la piel piense por el cerebro. Estoy dentro de mí, estoy fuera de todo. Soy ente de luz que observa ente de materia corpórea y siente... sólo siente. No hace falta cerrar los ojos, las pocas sombras que los rayos de luna alejan apenas alcanzan a describir las líneas irreales de tu cuerpo, a través de ellas siento tus pulmones ensancharse, tus labios suavizarse, tus latidos acelerarse. Esta noche no quiero dormir. Deseo que la luna me toque como tú lo harías. Deseo que te fundas en su luz de plata y viajes hasta aquí para concentrarme en el único que mundo que importa, ese en el que respiras a mi lado, en el que descans...

Epistolario ADC

Querida Sara: Hay días en los que olvido que esta libreta está aquí. No sé por qué. Mi mente se ocupa de ti en formas distantas a las de las hojas rayadas y olvido que escribirte es una manera de distinta de vivir contigo. Hoy fue uno de esos días. ¿Sabes? El gato azul de la esquina me siguió hasta la puerta del departamento, fue extraño verlo tan tranquilo detrás de mi como si yo tuviera algo que ofrecerle además de un trozo de jamón, que por cierto devoró instantáneamente. Se quedó sentado en la calle viéndome desde ahí. Creo que deberíamos tener una mascota, siempre he querido un animalito que sea más interesante que un pez y un gato -vaya polo opuesto- ser?a lindo. Vi uno el otro día, peludo, gris y juguetón... pensé en traerlo, un chavo los estaba regalando en una tienda de mascotas, pero como nunca te lo dije, no lo hice. Te oigo llegar, la cerradura de la puerta se está abriendo, ir éa saludarte... me veo correr para esconder esta libreta, apresurarme por el pasillo y llegar has...

Adiós

El astro de plata ilumina el sendero. Los rostros cansados y alegres se miran bajo la luz blanca de la luna llena. Abrazos, palabras de aliento, lágrimas de despido... Los observo andar, fundirse con la negrura, perderse en la distancia. Los miro mientras se los lleva el viento a lugares distantes, mientras vuelven felices a las tierras de las que vinieron. Sentimientos cruzados invaden nuestros ojos, el alegre final de una batalla que parecía eterna, la tristeza ineludible de la partida de los amigos. "Fui feliz a tu lado, aunque el destino esperara otra cosa. Fui feliz aunque me viera envuelta en pesadillas. Fui feliz..." Esos amigos de otros tiempos se pierden en las estrellas para volver por caminos inesperados y reencontrarse en las tierras de otros. Soy yo, somos nosotros, somos los mismos siendo distintos.