Los instantes en que la luna toca los astros oscuros de tu cuerpo olvido que vivo en otros mundos y soy todas tuya. Cierro la mente a las posiblilidades de universos infinitos para remitirme sólo al que a ti te pertenece. Esos momentos de paz plateada en que tus besos son realidades eternas en el efímero segundo del roce con los míos, cierro los ojos y dejo que la piel piense por el cerebro. Estoy dentro de mí, estoy fuera de todo. Soy ente de luz que observa ente de materia corpórea y siente... sólo siente. No hace falta cerrar los ojos, las pocas sombras que los rayos de luna alejan apenas alcanzan a describir las líneas irreales de tu cuerpo, a través de ellas siento tus pulmones ensancharse, tus labios suavizarse, tus latidos acelerarse. Esta noche no quiero dormir. Deseo que la luna me toque como tú lo harías. Deseo que te fundas en su luz de plata y viajes hasta aquí para concentrarme en el único que mundo que importa, ese en el que respiras a mi lado, en el que descans...
Conversaciones en el vacío de muchas voces.