Ir al contenido principal

Confesión

Escribir es a veces el tedio de las palabras apelmazadas entre sí por la mera obligación de verse puestas en algún lado, escribir sin ganas, escribir sin orgullo, escribir por necesidad inexpresiva. Escribir así es como quitarle el aliento a la vida, es, simplemente, colocar un concepto tras otro intentando decir algo que no sólo no se sabe qué es sino que, además, no se quiere decir. Es escribir inconforme de los signos, de los contextos, de la pantomima del escritor de oficio que corre la tinta (o los pixeles) con una convicción estomacal. Pobre del escritor que se fuerza a sí mismo a vender la pluma, pierde el arte sobre el oficio y no por convicción. Pobres de nosotros que por numeritos vendemos letras y usamos la magia del convencimiento en palabras prestadas e incrédulas... Si algún día me leen mentir, pregunten por la causa, seguramente no es amor al arte, al menos no al escrito.

Comentarios

  1. Anónimo3:49 p.m.

    Hola Paulina!
    Encantada de saludarte y saber que también sigues de cerca nuestro blog!
    Sobre lo que preguntas te comento que la mejor forma de adquirir este tipo de libros es ponerte en contacto con esta página que dispone de correo para hacerle el pedido que quieras.
    Editorial Egales

    Desde la librería Berkana también sirven pedidos para el extranjero.

    BERKANA

    Espero haberte podido ayudar y suerte!
    Besos multicolores!!

    ResponderBorrar
  2. Anónimo11:23 a.m.

    Ayer te dejé la información para poder hacer pedidos desde fuera de España a esas dos direcciones: Editorial Egales y Berkana pero ya veo que no actualizas mucho este blog.
    Si necesitas más ayuda escríbeme a la dirección de correo que aparece en el blog.

    ResponderBorrar

Publicar un comentario

Entradas más populares de este blog

A Gala

Te estás volviendo recurrente, cada vez que cierro los ojos veo los tuyos en vez de los míos. El bosque detrás de tus pupilas se hace real y yo me interno en tu búsqueda. Haz hablado conmigo de mil cosas que conoces y todas ellas han sido reales al despertar. Me pregunto si estarás ahí cuando me hagas falta... me has dicho que sí. Te he soñado como nunca, una vez tras otra en instantes inconexos que se vuelven obsesivos cuando abro los ojos y entiendo que no fueron en verdad. ¿Lo fueron? Ayer me dijiste que volverías, lo hiciste con tus labios contra mi oreja, mi subconsciente te creyó. Hoy desperté con el pecho vacío, como si algo me hubiese robado el aliento mientras dormía, recordé que estuviste en mis sueños... Todo lo que queda son preguntas con respuestas perdidas en el tiempo. Lo sé, está cerca...

The head of the war

Rampage, fury, a day goes nearby me and I feel nothing, sweet heat of rage running towards the brain inside the head of the war... does it hurt? Is it burning? Is it me or the clouds of greish green are rising above? The sound of steps into the fog, into the sea, between the sand, the sound a deep breath willing to lose a life in order to win a mile, the sound of a thousand thunders going through the sky, falling in the rupture of men shreding eachother apart. This is hell... the deepest bottom of an ocean of missunderstanding. Is the will of the brain bigger than the life of so many others? Is it bigger than all of us? How do you messure the size of you among us? Red and purple days, red and purple nights, red and purple thoughts, this little puppets follow the colors of a fabric that has lost it's meaning... they follow no reason, just a brain with an unclear purpouse and a greed bigger than all of us.

La muerte de K

Hay algo que necesito entender: ¿qué pasó? Por más que miro hacia atrás y busco una explicación tras otra, todo parece tan absurdo que no consigo dar paz a mi mente. Te he buscado como loco, por debajo de las piedras y entre las letras de las miles de cartas que he escrito para ti en mi cabeza. He intentado llamarte por las madrugadas frente a las olas del mar y no he conseguido respuesta. No lo sé, dónde te perdí, por qué no apareces... Mis pensamientos inconclusos navegan entre los recuerdos de una persona que parece desvanecerse cada vez más frente al espejo. Ayer no tenías frente, hoy ya no te veo los ojos, mañana quién sabe. Cuando desaparezca tu cuello empezaré a pensar que no hay remedio. ¿Sufriré? ¿Sabré que te has ido por completo cuando lo hagas? Vaya cosa curiosa. El hombre azul ponía en carpetas separadas las cartas escritas a diferentes amigos, organizaba con perfección su vida plasmada en memorias aparentemente inconexas, la ponía en los cajones de su escritorio y se pre...