Creo que hoy el sol salió por las montañas, yo estaba a la orilla del océano cuando lo sentí en mi espalda, la brisa soplaba mis ideas con las nubes y llenaba de sal mi piel, pero yo viajaba en otro mundo, uno mucho más oscuro...
Ayer vino a verme, vino a despedirse. Yo ya sabía que debía irse en algún momento, pero no esperaba que fuera tan pronto, tan desprevenida me tomó que ni las lágrimas le pude mostrar, sólo extendí mis brazos a su cuerpo y lo estreché los más fuerte que pude. Creo que de pronto me quedé sin aire, debe haber sido cuando le vi escaparse por la puerta y llevarse las promesas sobre la espalda, entonces me parece que desvanecí y no supe de la realidad hasta ahora que el sol quema mi piel y la brisa arruya mi llanto.
Quizá mañana no recuerde el presente, pero me sentiré mejor sabiendo que ya se fue, que no dejará detrás todas las cosas que hicimos o pudimos hacer, que habrá borrado mi imagen de su mente y que seremos un sueño perdido en el otoño.
Hoy desapareceré de la tierra y no quiero que nadie me encuentre, quizá siga al sol en su recorrido y termine mi viaje en las orillas del mundo, allá donde el mar se acaba y el infinito abre sus puertas, donde las estrellas comienzan a titilar al finalizar la jornada, allá... en la casa de la luna, donde la madre plateada dará cobijo a mi alma y no volveré a mi humanidad perdida.
Ayer vino a verme, vino a despedirse. Yo ya sabía que debía irse en algún momento, pero no esperaba que fuera tan pronto, tan desprevenida me tomó que ni las lágrimas le pude mostrar, sólo extendí mis brazos a su cuerpo y lo estreché los más fuerte que pude. Creo que de pronto me quedé sin aire, debe haber sido cuando le vi escaparse por la puerta y llevarse las promesas sobre la espalda, entonces me parece que desvanecí y no supe de la realidad hasta ahora que el sol quema mi piel y la brisa arruya mi llanto.
Quizá mañana no recuerde el presente, pero me sentiré mejor sabiendo que ya se fue, que no dejará detrás todas las cosas que hicimos o pudimos hacer, que habrá borrado mi imagen de su mente y que seremos un sueño perdido en el otoño.
Hoy desapareceré de la tierra y no quiero que nadie me encuentre, quizá siga al sol en su recorrido y termine mi viaje en las orillas del mundo, allá donde el mar se acaba y el infinito abre sus puertas, donde las estrellas comienzan a titilar al finalizar la jornada, allá... en la casa de la luna, donde la madre plateada dará cobijo a mi alma y no volveré a mi humanidad perdida.
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