Al principio pensaba que el mundo era ordenado, unas cosas van por aquí y otras por allá, unas caminan de este lado y otras de éste otro, y así. Pensaba que el orden seguía un plan maestro, una estructura subyacente llena de fórmulas exactas que hacen que la relación entre el plato derecho y el izquierdo del equilibrio se balanceen en paz. Luego, el caos. Ni por que yo lo quisiera, ni por que el mundo lo pidiera, ni por alguna razón divina, simplemente por que es. La naturaleza se destruye y se transforma, y nosotros no entendemos que ni siquiera lo divino es para siempre. Caos, eterno, subyacente, "estructurado" y formuloso, pero impredecible, siempre impredecible. Fui entendiendo, como el mundo pasa, como la vida pasa, que el caos pasa y el mundo se tiene que aguantar. El caos viene en forma de tormenta, de terremoto, de huracán o de erupción volcánica y ¡zas¡ ¡Pum! ¡Chin! Se acabó. Eso que pensábamos que era eterno, que era fuerte, que era nuestra gran roca, se cayó o s...
Conversaciones en el vacío de muchas voces.