El mar en calma, las olas cortas y tranquilas, el sol brillando en lo alto de un cielo despejado, el viento soplando su cabello y el silencio de una mañana resplandeciente la tomaron por sorpresa, estaba segura, totalmente segura, de tener los ojos cerrados y el cuerpo en reposo. Dormía y estaba consciente de ello. A lo lejos lograba percibir el sonido de las aves de la madrugada despertándose para salir de sus nidos, en la cercanía escuchaba atenta a unos pasos que se acercaban despacio. Sintió la mano pesada de un amigo posarse en su brazo y abrió los ojos sin desearlo. - Quisiera volver a dormir... - Lo sé, pero es hora de irnos. - Hum... el sueño era mucho mejor que esto. - Seguro que sí, ¿soñabas con el mar de nuevo? - Sí, como cada vez que deseo volver a casa y alguien me despierta para recordarme que aún no es tiempo de hacerlo. - Lo sé... aún no es tiempo. Yo también quisiera volver, pero por ahora hay que despertar y seguir nuestro camino. Se levantó y salió de la tienda, habí...
Conversaciones en el vacío de muchas voces.