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Mostrando las entradas de julio, 2009

Silencio

La luna se mece tranquila en el mar de estrellas oscuro, el sol apenas la toca con sus rayos dorados que se vuelven plata, algunas nubes oscilan en lo alto. El rayo fugaz del silencio toca mis oídos. Es un zumbido por segundos, luego nada, simplemente nada. Respiro sin oír el aire que entra a mis pulmones, no percibo ya los latidos de mi corazón...

El gato de los sueños

Un día de verano cuando las nubes circulaban el cielo anunciando tormenta nocturna, me desperté temprano. El gato gris se subió a mi cama y se acurrucó en mis pies mientras yo intentaba volver a soñar. Cerré los ojos a una hora indeterminada de la madrugada y esperé paciente... esperé y esperé y esperé... el sueño se había ido ya. Me levanté casi una hora después, con el ojo pelón, y preparé el desayuno. El gato gris aún dormía sobre mis cobijas. Me senté frente a la computadora y bebí mi taza de café lentamente. Las horas del día pasaron lentas, hice lo de siempre, fui a trabajar, volví a casa para comer tarde, chequé mis correos, leí un libro, vi una película en la televisión y me fui a la cama con ganas dormir. Vino el sueño, pero no el que esperaba. Vino uno ligero y sin gracia, uno como de siesta. Dormí, pero no soñé. Otra vez desperté muy temprano, el gato dormía a mis pies con la pesadez de un dormir y soñar, lo vi y suspiré, eso quería.