Sigo pensando en ti. Pienso en el ayer que deseo convertir en mañana, en las palabras que saben a café, en tu piel con olor a limón y sal. Pienso en ti como si fueras un recuerdo cercano de días futuros que aún se ve borroso porque permanece en movimiento. Pienso en ti con el olor de la lluvia, el tamborileo del granizo de septiembre, las pinturas impresionistas que se ven como si no trajera los lentes puestos. Pienso en ti a sabiéndas de que te veré más tarde, más temprano, más veces, más días, más... Sigo pensando en ti y no pienso detenerme aunque digas que se te desgasta la figura y te descarapelas como si cambiaras de piel. Aquí yo estoy, simplemente, pensando en ti.
Conversaciones en el vacío de muchas voces.