Hoy entiendo porqué ayer dolía alguna parte de mi cuerpo que no pude identificar... hoy entiendo el insomnio. Entiendo los sonidos planos y vacíos de la calle de hace semanas, entiendo la voz que me hablaba desde otros mundos. Hoy entiendo... Abrí los ojos y leí una desesperación que hace días escuchaba azorandome las orejas. Vi, entonces, que no era como yo la pensaba, aunque se sintiera en el fondo como yo la percibía. Leí una palabra desnuda que me dio razón de una idea perdida. No puedo decir mucho, sólo que la entiendo. Quise decirle entonces que lo sentía, que aquello que tanto me pesaba adentro había encontrado manera de salir y que yo ya no quería detenerlo. Quise decirle que entendía aunque me excusara entre mil cosas banas. Quise decirle que lo siento... pero en ese entonces, sonaba vacío. (porque las despedidas siempre son más de lo que parecen y las palabras tienden a quedarse en la boca...)
Conversaciones en el vacío de muchas voces.