Ir al contenido principal

Florence + the Machine

Hace un par de semanas la buena Jessi me introdujo a este misterio musical, y vaya que se lo agradesco, jejeje. Esta mezcla de música indie con soul y... bueno, qué no tiene Florence + the Machine. Les dejo esta canción que se me ha quedado en la cabeza dando de vueltas, repitiéndose como lista de reproducción.

"The dog days are over"

Happiness hit her like a train on a track

Coming towards her stuck still no turning back
She hid around corners and she hid under beds
She killed it with kisses and from it she fled
With every bubble she sank with her drink
And washed it away down the kitchen sink

The dog days are over
The dog days are done
The horses are coming
So you better run

Run fast for your mother, run fast for your father
Run for your children, for your sisters and brothers
Leave all your loving, your loving behind
You cant carry it with you if you want to survive

The dog days are over
The dog days are done
Can you hear the horses?
'Cause here they come

And i never wanted anything from you
Except everything you had and what was left after that too, oh
Happiness hit her like a bullet in the head
Struck from a great height by someone who should know better than that

The dog days are over
The dog days are done
Can you hear the horses?
'Cause here they come

Run fast for your mother, run fast for your father
Run for your children, for your sisters and brothers
Leave all your loving, your loving behind
You cant carry it with you if you want to survive

The dog days are over
The dog days are done
Can you hear the horses?
'Cause here they come

The dog days are over
The dog days are done
The horses are coming
So you better run

http://www.youtube.com/watch?v=iWOyfLBYtuU

Comentarios

Entradas más populares de este blog

A Gala

Te estás volviendo recurrente, cada vez que cierro los ojos veo los tuyos en vez de los míos. El bosque detrás de tus pupilas se hace real y yo me interno en tu búsqueda. Haz hablado conmigo de mil cosas que conoces y todas ellas han sido reales al despertar. Me pregunto si estarás ahí cuando me hagas falta... me has dicho que sí. Te he soñado como nunca, una vez tras otra en instantes inconexos que se vuelven obsesivos cuando abro los ojos y entiendo que no fueron en verdad. ¿Lo fueron? Ayer me dijiste que volverías, lo hiciste con tus labios contra mi oreja, mi subconsciente te creyó. Hoy desperté con el pecho vacío, como si algo me hubiese robado el aliento mientras dormía, recordé que estuviste en mis sueños... Todo lo que queda son preguntas con respuestas perdidas en el tiempo. Lo sé, está cerca...

Y...

No he dejado de escribirte. Estás en cada una de mis páginas, mis letras se han plagado de tu escencia y mi alma se ha quedado en el papel esperando sentirte de nuevo. No he dejado de pensarte. Cada vez que mis ojos se topan con el sol te recuerdan, ven el cielo queriendo encontrarte en las nubes y admiran la noche con el ardiente deseo de contemplarte otra vez. No he dejado de soñarte. He vivido entre fantasías, he amoldado mi realidad a mi ficción eterna, he construido un planeta aparte en el que nadie entra, nadie... excepto tú. Así fue que viviendo yo en la espesura de mi bosque ficticio te encontré en mi mundo y no te miré como a una extraña. Así fue que te volviste parte de mi apenas mis ojos notaron a los tuyos y te será imposible salir de mis sueños. Yo no he dejado de tenerte... ni en mis palabras, ni en mi mente, ni en mis sueños. Ahora mi mundo está plagado de ti, mi alma está abrazada por la tuya y yo estoy irremediablemente perdida en tus suspiros.

Drew

Era un ser pequeñito, chaparro y flaquito, o así me lo pareció. Sus ojos enormes me miraron por primera vez en el salón donde solíamos reunirnos con los demás, estaba escondido entre las sombras, con sus manitas verdes apenas saliendo de la túnica negra grisácea que siempre usaba, pegadas ambas a los costados de su cuerpo, su gran nariz sobresalía con su fleco amarillo anaranjado de la capucha que nunca se quita. No conozco su rostro, tengo que admitirlo, he visto sus ojos porque brillan, pero nunca he visto su rostro. Camina chistoso, como dando brinquitos, sus pies rara vez salen de la túnica que arrastra por todos lados. Nada le acompleja, anda siempre sonriente, lo cual es raro para un ser de tan pequeña estatura y tanta extrañeza. No habla, apenas suelta uno que otro sondillo casi chillón, todo lo dice con gestos, es un maestro para darse a entender con las manos. Escribe con cierta solemnidad, en una letra barroca, recargada de florituras, como si fuera una pequeña imprenta de h...