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El viaje

El mar en calma, las olas cortas y tranquilas, el sol brillando en lo alto de un cielo despejado, el viento soplando su cabello y el silencio de una mañana resplandeciente la tomaron por sorpresa, estaba segura, totalmente segura, de tener los ojos cerrados y el cuerpo en reposo. Dormía y estaba consciente de ello. A lo lejos lograba percibir el sonido de las aves de la madrugada despertándose para salir de sus nidos, en la cercanía escuchaba atenta a unos pasos que se acercaban despacio. Sintió la mano pesada de un amigo posarse en su brazo y abrió los ojos sin desearlo.
- Quisiera volver a dormir...
- Lo sé, pero es hora de irnos.
- Hum... el sueño era mucho mejor que esto.
- Seguro que sí, ¿soñabas con el mar de nuevo?
- Sí, como cada vez que deseo volver a casa y alguien me despierta para recordarme que aún no es tiempo de hacerlo.
- Lo sé... aún no es tiempo. Yo también quisiera volver, pero por ahora hay que despertar y seguir nuestro camino.
Se levantó y salió de la tienda, había dormido vestida porque era más fácil. Afuera la esperaba una fogata con una olla de café recién hecho y un desayuno de pan y huevos. Se sentó frente al fuego con el plato en una mano y una taza de café a un lado.
- ¿Cuántos días llevamos en este bosque, Muhir?
- Me parece que son cuatro... ¿porqué?
- Calculamos siete, ¿cierto? Para cruzarlo por completo y volver a la costa.
- Así es...
- Creo que calculamos mal...
- ¿Por qué lo piensas?
- Hacia el oeste hay un río, se oye venir desde lejos por las noches, hay un lago en esa dirección y me gustaría que fuéramos hacia allá antes de salir.
- No estoy seguro de que debamos retrasarnos más.
- Si lo que creo es correcto, el mismo río nos ahorrará un par de días de viaje, quizá podríamos salir hoy mismo.
- Hum... ¿piensas navegar el río?
- Sí.
- ¿Con qué balsa?
- No te preocupes, en esa dirección vive alguien que puede ayudarnos, lo sé.
- Regularmente creo en tus palabras, pero...
- Confía en mí, Muhir. Caminaremos un par de horas y estaremos en terreno conocido.
- Está bien, confío en tí. Pero, si sabías que había alguien aquí, ¿por qué no fuimos en su búsqueda desde antes? Podríamos habernos ahorrado estos cuatro días.
- Porque no estaba del todo segura que estuviera aquí, pero ahora lo estoy.
- Bien. Haremos lo que dices.

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A Gala

Te estás volviendo recurrente, cada vez que cierro los ojos veo los tuyos en vez de los míos. El bosque detrás de tus pupilas se hace real y yo me interno en tu búsqueda. Haz hablado conmigo de mil cosas que conoces y todas ellas han sido reales al despertar. Me pregunto si estarás ahí cuando me hagas falta... me has dicho que sí. Te he soñado como nunca, una vez tras otra en instantes inconexos que se vuelven obsesivos cuando abro los ojos y entiendo que no fueron en verdad. ¿Lo fueron? Ayer me dijiste que volverías, lo hiciste con tus labios contra mi oreja, mi subconsciente te creyó. Hoy desperté con el pecho vacío, como si algo me hubiese robado el aliento mientras dormía, recordé que estuviste en mis sueños... Todo lo que queda son preguntas con respuestas perdidas en el tiempo. Lo sé, está cerca...

Y...

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Drew

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